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Continuando el Legado de Verónica Guzmán

Verónica Guzmán fue la fundadora del Instituto Mindfulness hace más de 15 años. Fue una pionera en la promoción del mindfulness de forma accesible y la divulgación de los principios de la psicología Budista. Estudiante de Pema Chödrön y profesora senior de Budismo Shambhala. Ayúdanos a continuar su legado y poder seguir compartiendo nuestro trabajo y su visión.

Verónica Guzmán fue una pionera en el mundo de habla hispana, integrando el mindfulness y la psicología budista en la vida de cientos de personas. Su visión, nacida de décadas de práctica y enseñanza, dio forma al Instituto Mindfulness, un espacio dedicado a compartir la sabiduría contemplativa con quienes buscan transformación personal y profesional.

Hace más de 15 años, Verónica fundó el Instituto con el sueño de hacer accesibles las prácticas contemplativas y, desde entonces, hemos sido testigos del impacto profundo de su labor en comunidades y disciplinas tan diversas como la educación, la psicoterapia y las artes. Su legado nos inspira a seguir adelante, cultivando presencia, compasión y conexión en un mundo que tanto lo necesita.

Hoy, el corazón de este proyecto late con la fuerza de continuar su obra. Para ello, necesitamos el apoyo de nuestra comunidad. Tu colaboración nos permitirá sostener este legado y seguir ofreciendo enseñanzas y programas que transforman vidas.

Te invitamos a unirte a esta visión compartida, ya sea difundiendo esta iniciativa o contribuyendo directamente. Cada gesto de apoyo mantiene viva la inspiración de Verónica y la misión del Instituto.

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NO ESTOY AQUÍ

 

Tengo un discípulo en Vietnam que quiere construir una estupa para mis cenizas cuando muera.

Él y otros quieren incluir una placa con las palabras “Aquí yace mi amado maestro”.

Les dije que no desperdiciaran la tierra del templo.

“¡No me pongas en una olla pequeña y me coloques allí!”, dije.

“No quiero continuar así. Sería mejor esparcir las cenizas afuera para ayudar a que los árboles crezcan”.

Sugerí que, si todavía insisten en construir una estupa, hagan que la placa diga:

“No estoy aquí”.

Pero en caso de que la gente no lo entienda, podrían agregar una segunda placa:

“Yo tampoco estoy ahí afuera”.

Si la gente todavía no entiende, entonces puedes escribir en la tercera y última placa:

“Es posible que me encuentren en tu forma de respirar y caminar”.

Este cuerpo mío se desintegrará, pero mis acciones me continuarán. Habrá una disolución de este cuerpo, pero eso no significa mi muerte.

En mi vida diaria, siempre practico ver mi continuación a mi alrededor. No necesitamos esperar hasta la disolución total de este cuerpo para continuar, continuamos en cada momento.

Si piensas que solo soy este cuerpo, entonces no me has visto realmente. Cuando miras a mis amigos, ves mi continuación. Cuando ves a alguien caminando con atención plena y compasión, sabes que él es mi continuación. No veo por qué tenemos que decir “moriré”, porque ya puedo verme en ti, en otras personas y en las generaciones futuras.

Incluso cuando la nube no está allí,continúa como nieve o lluvia. Es imposible que una nube muera. Puede convertirse en lluvia o hielo, pero no puede convertirse en nada. La nube no necesita tener alma para continuar.

No hay principio ni fin. Nunca moriré. Continuaré, siempre.

 

Thich Nhat Hanh, “En casa en el mundo”

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